El brasileño Vitor Mizael expone por primera vez en Europa
Cada temporada en Madrid tenemos una exposición que llama la
atención, escandaliza, provoca, estimula o incluso enfada. El año pasado le
tocaba a La Fresh Gallery y la exposición fotográfica Obscenity de Bruce laBruce, que llegó a sufrir manifestaciones a su puerta y hasta un ataque
fallido con cócteles incendiarios de andar por casa. También levantó escamas la
obra Always Franco de Eugenio Merino, que provocó que la Fundación Francisco
Franco demandase al autor, a la galería, a ARCO y a IFEMA… y porque no pasaba
nadie más por allí que si no también acaba siendo demandado. Intentos vanos y pacatos de
enfrentarse a la expresión artística que más me recuerdan a aquello del Quijote
de “Todo era predicar en el desierto y majar en hierro frío”, que en verdaderas protestas fundadas… Recordemos
aquella leyenda que dice que cuando Caravaggio pinta en Roma La muerte de la
Virgen en 1606, los bienpensantes ponen el grito en el cielo por que usa como
modelo de la Virgen a una prostituta que se había ahogado en el Tiber. Quién
sabe si el camino de la reforma del arte pasa por escandalizar?
Pues bien, el escándalo está servido, Vitor Mizael expone
en la galería 6+1 y una especie de horda fundada en un neodogma pagano se rasga
las vestiduras, ahora cuento el porqué. La muerte es inspiración y origen del
arte desde que el arte se concibe como tal. Hecho innegable. En
representaciones de tipo religioso nos muestran las mil y una maneras de morir
de todos los mártires y del propio mesías y su familia. Hemos visto muertes mitológicas,
alegóricas, animales muertos en miles de bodegones, desde los barrocos
flamencos, hasta Luis Melendez en el XVIII o incluso Picasso. Hemos visto
hasta un muerto en la mesa de disecciones del doctor Nicolaes Tulp a través de
la visión de Rembrandt. Miles de museos de ciencias naturales en todo el mundo
exponen animales disecados procedentes de campañas de caza y captura
financiadas por gobiernos, reyes y magnates disfrazados de filántropos. Damian
Hirts basa sus series de Historia Natural en sumergir en formol a todo bicho
viviente, ya sea oveja, ya sea tiburón tigre. Y como última idea se me viene el
showman, artista, médico y no sé cuántas cosas más, Gunther von Hagens, que
embalsama, disecciona y plastina desde jirafas hasta mujeres embarazadas… Pues
bien. Mizael se inspira en la muerte de las mascotas ¿Hasta ahí todo correcto?
Presenta una serie de dibujos y pinturas representando la muerte del animal
como la desaparición de un ser querido al mismo nivel que un semejante. Una
obra cruda y descarnada. Que aun que se separa un poco del estilo de su obra
anterior no deja atrás su paleta limitada con la que puede llegar a dar
expresividad sin forzar la expresión. Esta muestra, Taxonomasia, se completa
con una instalación en JustMad donde podemos ver animales taxidermizados.
Galería y autor declaran que los cuerpos proceden de los Centros para el Control de Zoonosis de Brasil. Y
la polémica está servida. En el evento creado en Facebook por la Galería 6+1
unos días antes de la inauguración, han empezado a surgir voces beligerantes
que ponen el grito en el cielo en defensa de la dignidad de los animales. Por
lo leído visualizan al autor saliendo por la noche a las calles a sacrificar
perros… Es peligroso quedarse con la mitad de la información. Así, sin ellos
quererlo o si, se enfrentan de plano a la reivindicación del autor que expresa
en el texto de la muestra la realidad que es, el animal de compañía más como
compañía, que como animal.
Invitación de la inauguración |
El tratamiento de la
muerte siempre es como pinchar donde más duele… Pero quién puede ser el
responsable del supuesto delito? El artista que toma un cuerpo ya sin vida en
un centro de recogida de animales y lo diseca para una muestra donde quiere
subrayar la importancia del ser amado en la sociedad actual? El propietario que
abandonó a su suerte al animal que después fue recogido por el centro? El
gobernante que no hace un plan de esterilización de animales callejeros? El que
se escandaliza de ver una piel rellena de material sintético con canicas
haciendo las veces de ojos?
Así galería y artista han
conseguido algo complicado en los tiempos modernos, y merecen toda enhorabuena, no solo atrapar la visión
del público en directo sino conseguir la interactuación del gran mundo con la
obra a través de las redes sociales dándole una nueva dimensión a las
exposiciones. Se abre el plano y ya no hablamos del binomio obra+espectador,
tenemos que barajar nuevos términos como obra+espectador+opinólogo on line. Las
quejas, las protestas e incluso los insultos se convierten, supongo que
involuntariamente, en parte de la instalación.
Galería 6+1. Hasta el 30 de marzo de 2013