Vamos por partes

miércoles, 6 de febrero de 2013

Caminos paralelos. La idea y matar criaturas montando el caballo de espadas


Gordillo selecciona su obra gráfica en la Calcografía Nacional

Visitar la Calcografía Nacional en la Real Academia de BBAA de San Fernando es como una yincana, un reto, una prueba de tiempo y modo. Tiene como me dijeron hace unos días “horarios para jubilados”. Cierra pronto por la semana y los viernes todavía más, y nada de hablar de abrir los fines de semana, ¿Para qué? Por eso cuando a uno le interesa mucho una exposición allí tiene que o darse por vencido o jugar al “cadáver exquisito” con las fechas, obligaciones y notas de tu agenda y conformar un hueco súbito y escaparte a ver, en este momento, la obra gráfica de Luis Gordillo.




A Luis Gordillo la Calcografía Nacional le ha otorgado el Premio Nacional de Artes Gráficas 2012, por esto muestran un repaso por toda su producción gráfica, vastísima he de decir. Siempre he sido un amante de los grabados y técnicas afines, en mi colección hay algunas piezas de Picasso, Miró o Roberto Matta, me parece una forma simple y paralela de la propia obra del artista. Y esto se puede ver en la exposición de Gordillo, su producción gráfica camina estrechamente ligada al estilo de sus otras creaciones. Podemos ver la evolución artística, conceptual de Gordillo a medida de que evoluciona su técnica, aprovechándose de la modernización de la factura del grabado. Recuerda el autor en el video grabado para la exposición que para sus primeros grabados cada color tenía que ir en planchas diferentes, eso ha ido cambiando y él lo ha ido asumiendo, asimilando e incorporando.


En la muestra observamos piezas de sus series más significativas, Archipielago, Manet S.A. o la Suite Manesi por ejemplo. Queda palpable la afición de Gordillo por la serie y la repetición de la forma, que una imagen esta en continuo cambio y nunca alcanza su forma definitiva, por eso vemos como a través de series se repiten figuras, motivos y recuerdos. Imaginaba hace unos días cuando leía que Oehler había seleccionado sus obras para la expo de La Casa Encendida, que eso para un autor debe ser como discriminar el cariño hacia todos sus hijos. Me imagino el proceso de selección mucho más difícil que el proceso creativo, contar con el espacio físico y limitado y estresarse teniendo que sacrificar tal o cual obra, eliminar una serie completa porque mostrando solo una parte no se podría entender… o dándole prioridad a una época o a otra… Pero también me parece interesante que se fuerce al autor a esa selección de sí mismo y ver qué obra es para él su mejor obra, como un ejercicio de estilo, como un coqueteo con el narcisismo que tendrá su derroche de dopamina en la inauguración con la observación de la cara de los asistentes.

Corto y cierro recordando a la autoridad competente que el gran público tiene la manía de tener horarios muy complejos y obligaciones y esas cosas, muchas veces incompatibles con la apertura de la Calcografía Nacional.

Calcografía Nacional. Prorrogada hasta el 10 de marzo de 2013

martes, 5 de febrero de 2013

Tengo una prima a la que le gusta hacer fotos. Dinero público y falta de miras


La fotografía rural de Luisa Rubines en la Casa de Galicia


La segunda pregunta que me hacen al hablar del tema es ¿En la Casa de Galicia se hacen exposiciones? La primera siempre es ¿Hay una Casa de Galicia en Madrid? Sí, y mantenida económicamente por la Xunta de Galicia, pero de eso ya hablaré.

La Casa de Galicia en Madrid cuenta con unas instalaciones más que dignas en pleno centro de Madrid. Tres salas de exposiciones y un salón de actos cuyo único cometido, su página web lo dice, es la difusión de la cultura gallega… Pues bien, es llegado a este punto donde empiezo a pensar en lo pobre y equivocado que está el proyecto de gestión cultural del centro, eso siendo bien pensado. Siendo sincero dudo que exista ningún proyecto de gestión cultural para tan magno cometido al que viene siendo llamada. Y digo esto después de haber visto las exposiciones que han programado durante el último año. Tienen la sincera y contumaz vocación de ser como la casa de cultura de algún pequeño pueblo donde expone la prima de algún funcionario o esa vecina que una vez se fue y al retornar vino con aires de modernidad y alguna idea frágil de cómo hacer algo. Echo de menos en este sólido entramado de mediocridad la habitual explosión de tapetes de ganchillo y labores del hogar varias con las que se suelen complementar las exposiciones de oleos naif y neoimpresionistas realizadas en el taller de pintura de la asociación de vecinos del barrio. Amiguismo, interés y falta de miras que nos muestran autores de amplio recorrido pero de éxito limitado, y no seré yo el que diga que por falta de talento, que supongo que no, sino por no encontrar correcta salida a sus aspiraciones artísticas. Yo sé que valéis queridos autores, pero como decía Picasso “la inspiración se encuentra trabajando”, no por oler a aceite de linaza y tener las uñas sucias de oleo eres pintor… así como no eres fotógrafo por fotografiar cafés, ceniceros llenos de colillas o ramas de árboles, por mucho que te lances animosamente a un movimiento de postmodernidad nihilista.

Luisa Rubines (Casa de Galicia)

Luisa Rubines (Casa de Galicia)


Y ramas de árboles, también troncos, raíces y tocones, se desnudan sin alma, que es el más triste de los desnudos, en “Los árboles del buen camino” la última serie fotográfica de Luisa Rubines, una empresaria de formación fotográfica en Londres, que se ha quedado encallada en el bucle sin fin del Camino de Santiago y afines. Buenos encuadres con calidad técnica, pero con luz poco estudiada, frialdad, sin poesía, como si la sola imagen de la corteza nos fuera a hacer enloquecer. Arte de tienda de muebles, para decorar un bonito comedor con un toque rústico. La nota de prensa de la Casa de Galicia es esclarecedora. Un par de exposiciones colectivas en Londres y una exposición sobre el citado Camino en el Museo de las Peregrinaciones de Santiago. A esto se le añade que nombran un par de veces la empresa de promoción turística de la autora. Bingo. En Galicia todavía hace falta tener padrino para ser bautizado.

Luisa Rubines (Casa de Galicia)

¿Esta es la realidad artística gallega? Como gallego que ha trabajado en la gestión cultural en Galicia durante más de 10 años puedo decir que no. La cantidad de creadores que tiene Galicia hoy en día es enorme y, por lo que demuestran, inabarcable para la Casa de Galicia. Mientras, los gallegos, seguiremos sufragando los gastos de un palacete en el centro de Madrid.

Casa de Galicia. Hasta 1 de Marzo de 2013

Ponerle puertas al campo. Y la parte de un todo, formó un todo por si misma


Se le rompió el tiempo a Montserrat Soto


Soy libre pero nadie me da la bienvenida
Eso reza un grafiti en una de las imagenes de Montserrat Soto

El nivel de permeabilidad hacia una obra cuando visitamos una muestra siempre pasa por el filtro de nuestro estado de ánimo. Ayer después de desligarme de mis obligaciones no me encontraba yo, por circunstancias, rodeado de una corte de querubines tañendo amorosamente sus arpas. Por eso, poroso y receptivo después de estar un rato leyendo a los pies del rey Altaulfo en la Plaza de Oriente decidí visitar la exposición Tiempo Roto de Montserrat Soto en la galería de Juana de Aizpuru. No me sentía valiente para la aventura y visitar a Juana siempre me ha parecido una apuesta sobre seguro, que son las únicas apuestas que ya hago en esta vida, solo me arriesgo cuando sé que voy a ganar. Me dirigí a paso lento y desgarbado, como si fuera Fantine cantando aquello de I dreamed a dream… y no sé donde acababa mi sensación de decepción real y donde empezada mi apostura exagerada de personaje perdedor y derrumbado…

Invasión Sucesión. Montserrat Soto (Juana de Aizpuru)

Me llamaba la curiosidad esta exposición, la nota de prensa advierte que es una selección de obra de la serie DOOM CITY Invasión Sucesión, en la que desde 2005 la artista explora las relaciones de los espacios con la superpoblación y la despoblación. Y claro, yo que soy mal pensado desde siempre, pienso en un remedo de collage que fuera del contexto de la serie completa va a quedar como un emplaste, incomunicado y ligero de contenido más allá de la estética de la imagen. Pero, como cada vez que me equivoco, envaino mis palabras y pido disculpas. Tiempo Roto es una sucesión de imágenes ásperas que hablan más allá de su contexto, muchas con texto o grafitis y otras con su simple atmosfera. Se muestran desnudas detrás de la superposición de unas barras antipánico y el reflejo especular del cartel “Non an emergency exit”. El montaje de la exposición se articula mediante una línea negra al pie de las paredes que se despliega, dando sensación tridimensional a las aberturas de las imágenes… Así, aunque parezca que estamos dentro y se abren puertas hacia el exterior, viendo las imágenes nos damos cuenta de que no. Nosotros estamos fuera. Las puertas advierten a los habitantes de las imágenes ya deshabitadas que esa salida no sirve para emergencias. Not an emergency exit.



Invasión Sucesión. Montserrat Soto (Juana de Aizpuru)
Tiempo Roto se constituye como una colección uniforme. Un discurso cerrado que aun que forme parte de una serie mayor no siente el dolor de la separación. Quizá mi estado esponjoso interfiriese en mi asimilación de la obra, si es así: Me alegro. Hubo un momento de mi visita en la que estaba solo en la galería y solo escuchaba mis pasos, el clá-clá de las teclas de mi móvil mientras tomaba notas y la egregia voz de Juana de Aizpuru dictando una carta a su ayudante en su despacho, la luz entraba por las ventanas abiertas a la calle Barquillo. Y yo me sentí feliz, creyendo por un momento que era uno de los habitantes de los paisajes de Montserrat Soto que por un momento en el que nadie miraba me colé por una de esas puertas para verlo todo desde fuera.

Galería Juana de Aizpuru. Hasta el 7 de marzo de 2013

lunes, 4 de febrero de 2013

Conjuras inesperadas. Coincidencias, tendencias y lugares comunes


Los conceptos modernos del color de Oehlen en La Casa Encendida


A veces en el campo del arte se crean coincidencias maravillosas, parece que Alemania está de moda en Madrid. Esta semana se cierra Bancocracia en 6+1 una exposición dual donde Julio Falagán y Wolf Geyr muestran su versión de la relación poder-dinero, dos artistas diferentes en momentos y lugares diferentes que llegan a conclusiones muy similares. El Museo del Romanticismo expone 20 dibujos y acuarelas del Museo Kunspalast de Düsseldorf que muestran la importancia del paisaje en el romanticismo alemán. La Fresh Gallery estrena el día 14 tres series de dibujos de Alberto de las Heras bajo el título Germania. La Casa Encendida abre su agenda anual con un plato fuerte. Albert Oehlen ha escogido seis pinturas de gran formato y 50 dibujos bajo el título Moderne Farbkonzepte.

Albert Oehlen

Albert Oehlen
Si el siglo XX se ha caracterizado por algo, dejadme ser frívolo, es por poder ver expuesta la obra de grandes genios reconocidos estando ellos vivos. Oehlen es uno de ellos. Despunta en el mundo del arte a principios de los 80 de forma rupturista junto a otros autores de su generación, se enmarca en el Neue Wilde, aunque poco a poco se ha ido dejando convencer por la abstracción, pintando sobre fotografía e incluso diseñando obra por ordenador. Siempre su obra se caracteriza por la mágica formulación de los colores, de ahí el titulo de la muestra, en español “Conceptos modernos del color”. Este tratamiento del color le viene heredado de su maestro, otro grande de la creación del siglo XX, Polke.

Albert Oehlen
En el montaje, que no se muestra cronológicamente, se crea una línea visual que pasa del manejo del color, como ya decíamos, al trabajo del collage, la abstracción y la figuración estableciendo un diálogo entre estilos. Se ve en el proceso creativo la sombra especular del juego de la conexión de imágenes, se combinan elementos de una idea agregando conceptos que pueden o no pertenecer a la realidad. Los diseños creados por ordenador aportan otra dimensión más a las obras entramándose el trazo del artista y la huella de la máquina creando así un tejido de respuesta visual. Una de esas contadas oportunidades de disfrutar a un reformador.

La Casa Encendida. Hasta el 5 de mayo de 2013

Et in Arcadia ego. De cuando la mente crea paraísos artificiosos, sin necesidad de psicotrópicos, pero con menos gracia


Barceló en Elvira González


Hacía días que me hacía el remolón por que ciertamente no me interesa, creo que el Barceló insigne y novedoso, con discurso, se quedó en la capilla de San Pedro de la Seo de Mallorca… y si me pongo a meditar seriamente creo que incluso antes. Pero no era plan de acercarse a la Galería Elvira González con aire escéptico y cínico, a cualquier exposición tienes que presentarte con los sentidos abiertos, así que durante el desayuno me leí todos los artículos que se publicaron sobre la muestra, me estudié la nota de prensa y me dejé arrastrar por el frío madrileño llevado más por un ánimo impuesto que por una realidad. No tengo nada en contra de Barceló, ni en contra de nadie, para las animadversiones soy entre de vago y pusilánime, me agota estar en contra de cualquier cosa. Barceló me parece uno de los creadores europeos más importantes de los 80’s y 90’s, tenía de valioso lo fresco y renovador de su estilo informal y puro… estilo personalísimo que ha ido doblando sobre sí, perdiendo frescura y pureza, convirtiendo cada producción en una copia de sí mismo, así como se afirmaba en los 70 y recuerda Miguel Cereceda en su artículo para ABC, que copiaba descaradamente a los grandes artistas plásticos alemanes de la época, ahora Barceló copia a Barceló pero con un regusto a pereza, a falta de ganas por la creación de conceptos nuevos, se preocupa más de la innovación técnica y el dominio de ésta, que del discurso de su obra. Y esto es estupendo para un profesor de Bellas Artes, pero no para un artista.

Aun así me dirijo animoso a ver la exposición Tokonomas porque hay algunos factores que me llaman la atención. Barceló no exponía en Madrid desde hacía 10 años, para empezar. Y la muestra lleva el sello de Elvira González, y siento especial devoción por ella ya no solo por ser una de las grandes galeristas de España, sino por mi tontería pueril, ella era la directora de la Galería Theo en 1971 y fue testigo cuando ocho retrasados destrozaron 24 litografías de la Suite Vollard de Picasso, si es que en el fondo soy un romántico…

Roser (Detalle), 2012 (Galería Elvira González)

Tonyina (Detalle), 2012 (Galería Elvira González)

Barceló no me defraudó. Cumple con su nueva muestra todo lo que yo pensaba antes de salir de casa con la careta optimista puesta. Salvo algún punto de vista de alguna obra, algún comentario sobre el tratamiento del color, o sobre la suavidad de alguna forma, de ese tipo de comentarios que siempre quedan muy pedantes, no hay un todo que me guste. Llego a tener la impresión repentina, rodeado de la obra de Barceló, de que se ha abierto un agujero de gusano entre el Musée du Quay du Branly parisino y el Museo de Cerámica de Chinchilla de Montearagón. Un paseo poco galante entre la cerámica tradicional y la alfarería africanista. Intento recordar la entrevista que ha grabado el artista para la galería y cómo justifica la utilización de la cerámica como un utensilio de pintura más y caigo en la verdad absoluta de que el Barceló ceramista alcanzó su cumbre a mediados de los años 90, mis años favoritos 95 y 96. Se nos ha roto la magia, ya no me cuentan nada sus obras, ya crea para museos de arte contemporáneo o para coleccionistas neófitos, esos de abultada cartera y poca idea que se van a dejar llevar por la firma más que por el contenido.

Estrigassons, 2012 (Galería Elvira González)

Mientras la prensa celebra que Barceló vuelve a Madrid matando su mejor cordero y cerrando los ojos. Y me acuerdo de esa leyenda que dice que Madame de Staël en uno de aquellos salones sociales de la maravillosa y ficticia corte de Luis Capeto dijo aquello de “Et in Arcadia ego”, meses después el rey Luis temblaba de frío al perder la cabeza, literalmente, en lo que hoy es la Plaza de la Concordia, a escasa media hora andando del Musée du Quay du Branly.

Galería Elvira González. Hasta el 27 de marzo de 2013