Hedonismo en los Narcisos de Diego de los Reyes
Hola
Hola
Que tal?
Bien. Que buscas?
Nada
Pasaba el rato
Ok. Como eres?
Moreno, 185, 80 kilos
y tú?
Bueno… más o menos
parecido
Tienes fotos?
Charla habitual por algún chat o aplicación móvil con el único
fin de encontrar un momento, con esperanza de efímero más que de perpetuo. La
transformación de la sociedad ha llevado a la transformación de las vías de
contacto y esto a la simplificación práctica de las expectativas. Con esta conversación
se abre el vídeo de presentación de Narcisos, serie del pintor sevillano Diego de los Reyes que se expone en El Foro de Pozuelo, donde se explora ese neogénero desconocido
en el mundo del arte, muy estudiado en otros campos, del “tío con móvil”. La
autofoto en el espejo con el dispositivo en la mano de ahí la referencia a
Narciso y de ahí titular la entrada con unos versos de Borges, el espejo como
respuesta a nosotros mismos, y Diego de los Reyes espiando a trazo de pincel el
ámbito íntimo del modelo que se muestra casi desnudo y desprotegido ante el
objetivo de la cámara, sin pensar nada más allá que en la finalidad práctica de
esa fotografía.
Narcisos. Diego de los Reyes |
Narcisos. Diego de los Reyes |
Lo revolucionario de la exposición no es el desnudo
masculino, que todavía no ha dejado de abofetear en la cara de los puristas que
no se han dado cuenta aun de que la carga homoerótica de los desnudos
masculinos alcanzó su súmmum con el realismo francés del XIX, es el mostrar una realidad soterrada y viva,
la existencia de una cantidad ingente y creciente de fotografías de “tíos con móviles”,
de la percepción correcta del yo, no es que un modelo pose para otro, es que
posa para sí mismo y selecciona la que más le gusta, hace un proceso intenso de
autocrítica y se juzga, no solo a su obra sino también a si mismo. Otro punto de
este género de autofotos es la perdida voluntaria y necesaria de la intimidad,
mostrar el cuerpo y nuestro espacio y a mayores, ceder nuestra imagen al
pintor, para que no solo se quede entre nuestro interlocutor y nosotros, sino
abrir el dialogo al público de la muestra.
La exposición nos muestra una serie de imágenes cárnicas y
reales, casi palpables, me recuerdan a los modelos masculinos de Juan Palomares, mucho más generosos que los femeninos, un juego donde el pudor del
visitante no surge al observar la desnudez sino al darse cuenta de que está
observando al protagonista a través del espejo en su privacidad sin que él nos
pueda ver.
Imágenes cedidas por el autor.
El Foro de Pozuelo. Hasta el 25 de Febrero de 2013