Vamos por partes

viernes, 1 de febrero de 2013

Yo que sentí el horror de los espejos / no sólo ante el cristal impenetrable


Hedonismo en los Narcisos de Diego de los Reyes


Hola

Hola
Que tal?


Bien. Que buscas?

Nada
Pasaba el rato


Ok. Como eres?

Moreno, 185, 80 kilos
y tú?


Bueno…  más o menos parecido

Tienes fotos?


Charla habitual por algún chat o aplicación móvil con el único fin de encontrar un momento, con esperanza de efímero más que de perpetuo. La transformación de la sociedad ha llevado a la transformación de las vías de contacto y esto a la simplificación práctica de las expectativas. Con esta conversación se abre el vídeo de presentación de Narcisos, serie del pintor sevillano Diego de los Reyes que se expone en El Foro de Pozuelo, donde se explora ese neogénero desconocido en el mundo del arte, muy estudiado en otros campos, del “tío con móvil”. La autofoto en el espejo con el dispositivo en la mano de ahí la referencia a Narciso y de ahí titular la entrada con unos versos de Borges, el espejo como respuesta a nosotros mismos, y Diego de los Reyes espiando a trazo de pincel el ámbito íntimo del modelo que se muestra casi desnudo y desprotegido ante el objetivo de la cámara, sin pensar nada más allá que en la finalidad práctica de esa fotografía.

Narcisos. Diego de los Reyes 

Narcisos. Diego de los Reyes


Lo revolucionario de la exposición no es el desnudo masculino, que todavía no ha dejado de abofetear en la cara de los puristas que no se han dado cuenta aun de que la carga homoerótica de los desnudos masculinos alcanzó su súmmum con el realismo francés del XIX, es el mostrar una realidad soterrada y viva, la existencia de una cantidad ingente y creciente de fotografías de “tíos con móviles”, de la percepción correcta del yo, no es que un modelo pose para otro, es que posa para sí mismo y selecciona la que más le gusta, hace un proceso intenso de autocrítica y se juzga, no solo a su obra sino también a si mismo. Otro punto de este género de autofotos es la perdida voluntaria y necesaria de la intimidad, mostrar el cuerpo y nuestro espacio y a mayores, ceder nuestra imagen al pintor, para que no solo se quede entre nuestro interlocutor y nosotros, sino abrir el dialogo al público de la muestra.

Narcisos. Diego de los Reyes

La exposición nos muestra una serie de imágenes cárnicas y reales, casi palpables, me recuerdan a los modelos masculinos de Juan Palomares, mucho más generosos que los femeninos, un juego donde el pudor del visitante no surge al observar la desnudez sino al darse cuenta de que está observando al protagonista a través del espejo en su privacidad sin que él nos pueda ver.

Imágenes cedidas por el autor.

El Foro de Pozuelo. Hasta el 25 de Febrero de 2013

Prosopopeya y capricho pop


Las muñecas de Iglesias Más en La Fresh Gallery


Escribo esta entrada consciente de la pronta caducidad de la misma, ya que en unos días termina la exposición de Iglesias Más en la FreshGallery, pero no quería dejar pasar la oportunidad de realizar un coqueteo frívolo y substancial con algo tan mass media como la serie Dolls del fotógrafo madrileño. A riesgo de resultar repelente he de decir que la repercusión mediática de esta exposición lo anunciaba ya la cantidad de rostros populares de la inauguración, algo a lo que los asistentes a las inauguraciones de la Fresh estamos acostumbrados, pero que esa noche competía con el estreno de la última película de Penélope Cruz en la Gran Vía.

Be Stupid Box. Iglesias Más, 2010 (La Fresh Gallery)

Blondie. Iglesias Más, 2005 (La Fresh Gallery)

En el momento en el que la fotografía pasa por el duro trance del autofoco de las cámaras digitales y la democratización (¿Desvirtualización?) de la palabra “fotógrafo” que ha obrado Instagram, momento en el que mi adorado y versátil Daniel Garzee empieza a soltar la cámara y a coquetear con la pintura, Iglesias Más, con su estilo urbano y casi kitsch, nos presenta su serie Dolls alejándose, pero no mucho, de su “Urban Walker” de 2010. Apoyándose en la publicidad, los escaparates, los reclamos, hace un ejercicio de marketing visual, de personificación de lo incorpóreo y abstracto, disfrazando de realidad a simples figuras inanimadas, dándoles al ojo de algún espectador, por decir alguien al azar, yo mismo, una imagen sórdida y patética. Pudo deberse a mi estado de ánimo el día que visité la exposición o al tequila que bañaba la inauguración, pero en las miradas que me devolvían los modelos sin alma de las imágenes me trajo recuerdos del Red Light de Amsterdam o algún plano robado y plastificado de la película “Yo puta” de María Lidón. Con esto quiero decir, que el grueso de la serie Dolls, maniquíes con intención dramática, me aporta con luz intensa y colorista, casi flúor, un morbo alejado de la provocación que mostraba la exposición Obscenity de laBruce, pero que me invita a pensar en la vida de esa mujer que agarra la persiana metálica en ropa interior, a quién mira altiva la chica calva y desnuda desde el balcón o quién calza el zapato de tacón rosa chicle…

Pin Up. Iglesias Más, 2011 (La Fresh Gallery)

La utilización de la imagen en la imagen, algo que dice Felix Sabroso en el texto de la exposición, el artista que retrata a otro artista mientras retrata, pero lo veo más como esa paranoia del siglo XX que ha disfrazado de homenaje (Cuando el término “inspiración” se queda demasiado estrecho) a sublimes copias… como la de Robert Ballagh de los Fusilamientos del 3 de Mayo de Goya… pero arropado por la inmediatez de la fotografía urbana… pasar, ver, convencerse, disparar… sin tiempo a la meditación, ya habrá tiempo para eliminar la imagen.

La Fresh Gallery. Hasta el 8 de Febrero de 2013

El observador de arte en los tiempos que corren. Paciencia, abstracción y sorpresas.


La Colección Patricia Phelps de Cisneros en el Reina Sofía


Si algo nos quedaba claro cuando Borja-Villel  llegaba a la dirección del Reina Sofía, era que nada iba a quedar como estaba. Perdía el rubor adolescente y alambicado de eterno futurible proyecto de museo de arte contemporáneo, al que olía desde que se abrió al público la colección permanente en el 92, Sus Majestades mediante, y se iba poco a poco disfrazando de pieza contundente en el panorama museístico europeo. Lo primero fue aquello de la reordenación de la colección contextualizándola, algo a lo que incluso los profesionales del centro confiesan que miraron de reojo y enseñando sutilmente un colmillo en un principio, pero que ha convertido la visita en algo práctico y articulado. El plan maquiavélico de Borja-Villel pasa además por dar a conocer en España la creación artística contemporánea de otras latitudes, especialmente del resto de Europa y Latinoamérica… este último ese gran desconocido… tan cerca, tan lejos.

Visible idea. Waldemar Cordeiro 1956 (FC/CPPC)

Drawing without paper 85/16. Gego 1985 (FC/CPPC)

"La invención concreta", la exposición que el Reina Sofía en colaboración con la Fundación Cisneros/Colección Patricia Phelps de Cisneros muestra, abarca la creación latinoamericana desde los años 30 a mediados de los 70, época compleja en la historia del continente tanto política como artísticamente. Una visión a creaciones geométricas y planas con regusto a la abstracción de Matisse en los 50, Vasarely o Mondrian, si me dejáis caer un poco en el tópico, que cambian a la vista del espectador y nos pueden parecer inspiradores de la creación plástica ibérica de mediados de los 90. Lo interesante de la muestra es estudiar las obras como proclamas de identidad política, quizá no tan crudas como las obras de la exposición “Perder la forma humana” que también podemos ver en el MNCARS, pero debemos comprender que el mordiente de esta muestra se desarrolla en los años 80, visualicemos pues el arte contemporáneo español 30’s/70’s y hagamos un paralelismo con las obras de la exhibición: Mientras que los españoles se influenciaban por el cubismo, el surrealismo, las texturas y el informalismo, Latinoamérica abraza una abstracción más pura, geométrica, más severa que sirve de inspiración todavía a la mayor parte de la creación actual.

Sem titulo. Mira Schendel, 1967 (FC/CPPC)

Después de una grandiosa “Encuentros con los años 30”, que no pude evitar visitar varias veces, el proyecto de Borja-Villel nos sorprende acercándonos una nueva mirada sobre el siglo XX y además llega con João Fernandes, alma del Museu de Serralves durante los últimos nueve años, como subdirector…  El principio de año nos deja muchas incognitas sobre lo que va a pasar… la inclusión de las 50 obras que la Fundación Cisneros deja en depósito en el museo en el discurso expositivo, la retrospectiva de Cristina Iglesias, canto del cisne de la labor de Lynne Cooke, la revisión de Dalí que llega a finales de abril después de visitar el Centre Pompidou y que nos puede ofrecer Fernandes en su nuevo cargo… Esperemos a ver…

MNCARS. Hasta el 16 de septiembre de 2013