Pablo Pro nos sumerge de la mano en la Galería Mondo
“Detrás
de la alegría y la risa, puede haber una naturaleza vulgar, dura e insensible.
Pero detrás del sufrimiento, hay siempre sufrimiento. Al contrario que el
placer, el dolor no lleva máscara”
Oscar
Wilde
En
una mañana cualquiera, de un día cualquiera me reúno para tomar café y charlar
desapasionadamente de aquel libro de Maurice Druon que estabas leyendo hace
unas semanas y ojear apasionado el volumen dedicado a Alfonso publicado por La Fábrica. Observamos y comentamos lo bello de aquel Madrid idílico, casi una
reinvención de la Jeneusse Dorée, frívola, aparente y despreocupada que se
esforzaba en poner buena cara ante el dolor de las heridas de 1898. Impacta la obra
de Alfonso durante la guerra civil de 1936, es una fotografía pétrea, dolorosa
e impactante, mucho más allá del apasionamiento político de Cappa, se siente el
dolor del vecino, del paisano, del igual al ver el desastre. Maravillosa saga
la de Alfonso, maravillosa edición la de La Fábrica.
La
lucha social en la calle esta mañana se había transformado para mí en aprovechar
la tibieza de la temperatura y pelearme con el viento… que por obra y gracia de
Murphy siempre va a soplar en sentido opuesto al que me coloque el flequillo.
En esas me encontraba cuando entre a visitar Oxygeme, la última oda fotográfica
al origen de la vida de Pablo Pro en la Galería Mondo. Y quizá es que últimamente tengo la mente en
varios sitios a la vez, o quizá porque en mis auriculares sonaba el Credo de la
Misa del Papa Marcelo de Palestrina, uno que siempre ha sido un poco especial
para la música, pero las imágenes de esos cuerpos compactos, desnudos,
ingrávidos, arrastrados y arrasados por el agua, me trajeron a la mente cúpulas
basilicales cubiertas de frescos de ángeles adoradores.
Pablo Pro, que el año
pasado comentaba que se estaba apartando de la fotografía social y documental,
añade a su vastísima y heterodoxa producción una serie de fotografías de gran formato que nos
llenan los ojos de sueños. Cuerpos sumergidos en agua que luchan con ella
aplicando a la imagen un discurso de movimiento y fuerza. Por eso, de
profundis, de las profundidades, como la encíclica que Wild desde la cárcel le
escribe a su amante Alfred Douglas,
en la que se incluye la primera frase de esta entrada. Sumergir la imagen
humana en el agua, ese medio que no está dominado por él y que es el que más
espacio ocupa en este planeta llamado tierra.
El agua como origen, el agua como
destino.
Galería Mondo. Hasta el 12 de marzo de 2013